En la última semana del año no queda más que celebrar la salud y la vida. En este sentido los misioneros tienen mucho para festejar luego de sobrellevar en forma positiva un año que fue tremendamente difícil para todo el mundo y finalizar las fiestas en paz, con tranquilidad, la gran mayoría trabajando y cerca de su familia.
Sin duda fue un año agotador para todos y desde el punto de vista de la política, el 90% de las tareas estuvieron abocadas a cuidar la vida y la economía de las personas, que fue afectada de manera muy contundente por la sorpresiva pandemia mundial.
En el contexto ampliado se puede notar y observar cuáles fueron los Gobiernos y los Estados que se vinieron preparando en los últimos años, no porque sepan que la pandemia iba a ocurrir, sino porque son previsores, porque miran más allá y piensan en el futuro. Misiones, sin duda, aparece en el concierto de las provincias argentinas como una de las que mejor preparada estuvo. No hubo ningún sobresalto en la atención de la salud ni tampoco en la economía.
Con el gobierno renovador, que ha acostumbrado a sus trabajadores a pagar el sueldo un día antes que termine el mes y ha mantenido un orden financiero y económico envidiable, es impensado imaginar una situación de crisis como están viviendo otras provincias que pagan el sueldo en cuotas o estuvieron paralizando obras públicas o asistencia social.
Este gobierno, claramente, refleja los valores más importantes del ciudadano misionero. El gobierno transmite paz, previsibilidad, tranquilidad, es un gobierno que resalta el diálogo con todos los sectores, que escucha y está cerca de la gente y que se preocupa por atender las necesidades y los reclamos más urgentes. El gobernador Oscar Herrera Ahuad, es un claro ejemplo de esa impromta misionerista.
El ciudadano misionero encuentra un espejo en el frente renovador porque sus gobernantes son ciudadanos comunes, que andan a pié y recorren los barrios para conocer las situaciones. Ese conocimiento y esa cercanía le permite saber cuáles son las necesidades y prepararlas, con tiempo y planificación, para que ninguna crisis sorpresiva, como la pandemia de este año, encuentre a los misioneros desamparados y desprotegidos.
Al mismo tiempo apuesta al conocimiento, la tecnología y la investigación para tener una provincia y una población preparada para los desafíos que vendrán en el futuro, mejor preparada que el resto. El Silicon, la Escuela de Robótica, la Secundaria de Innovación, la Plataforma Guacurarí, el Polo Tic, entre otros puntos, demuestran que se apuesta fuerte a la economía del conocimiento, al mismo tiempo que se atiende la salud y la economía del día a día.
La enorme tarea provincial de hace varios años encontró un paralelo en la ciudad de Posadas este año, con un intendente a la altura de lo que se merecen los posadeños, que ha mostrado doce meses de mucho trabajo y pocas palabras. Leonardo Stelatto ha puesto la vara muy alta acostumbrando a los posadeños a ver realizaciones y hechos concretos todo el tiempo.
La enorme popularidad que ha conseguido demuestra que la política no es para cualquiera, ni portadores de apellido ni habladores seriales. La política es mostrarle realizaciones a la gente, hechos concretos, como limpieza, recolección, iluminación, ordenar el transporte, los semáforos, pintar las calles, regar las plazas, empedrar y asfaltar los barrios. El progreso de Posadas ha encontrado un motor de impulso en la Municipalidad que no se había observado hace muchos años.
Por Zorba El Griego