Una empresa internacional está vendiendo bonos verdes de la selva misionera. El ministro de Cambio Climático, Patricio Lombardi, dice no saber nada sobre el tema.
Una empresa internacional identificada como GBM (GreenBondMeter), totalmente desconocida en la provincia, ya se encuentra ofreciendo y vendiendo bonos verdes sobre la selva misionera. El ministro de Cambio Climático de Misiones, Patricio Lombardi, aseguró no conocer ni haber tenido ningún contacto con este emprendimiento. Al parecer, la cuestión de los bonos verdes además de tener un objetivo conservacionista también representa un negocio tentador para muchos sectores. De hecho, la iniciativa del ministro provincial de conseguir fondos para “compensar el esfuerzo de conservación que hacen los misioneros” fue duramente rechazada por algunas organizaciones ambientales que cuestionaron el intento de “mercantilizar la selva”.
Esta desconocida firma tiene como presidente a Juan José Núñez, fundador y director ejecutivo. En su cuenta de Linkedin se presenta como un “abogado, con 15 años de experiencia en la gestión pública para la seguridad ciudadana, implementación de sistemas integrales de seguridad para la gestión de riesgos, prevención de delito, siniestros y emergencias”. Dice tener “amplio conocimiento de tecnología en video vigilancia, centrales operativas, patrullas inteligentes, sensores en vía pública, rastreo GIS, sistemas de alarma y antipánico”.
Ninguna de esas actividades donde Núñez se destaca están vinculadas al cuidado del medio ambiente. Entre 2016 y enero de 2019 fue director de Planificación de la Municipalidad de Zárate, Provincia de Buenos Aires; y entre 2009 y 2012 se desempeñó como coordinador general y Dirección de seguridad de la Municipalidad de Malvinas Argentinas. La primera etapa de venta pública concluirá el 26 de enero de 2021. Hasta esa fecha saldrá a la venta por USD 1,09.
Después de esta etapa “su precio irá subiendo progresivamente hasta su determinación por el mercado, aunque habrá descuentos y beneficios para usuarios que se registren en la billetera de GBM”, indican.
Empresa internacional
GBM ofrece “proteger un metro cuadrado de biósfera, con respaldo por 100 años en el derecho de preservación” por medio de un sistema GIS (información geográfica). En el sitio web (https://gpscoin.io) otorga la posibilidad de adquirir la moneda virtual “GBM Coin” y el derecho preferencial sobre “la emisión de créditos de carbono emitidos por GBM, denominados “GBM Bono”, con el que además de hacer un aporte a la conservación de un área natural en peligro de extinción, “podrán adquirirlos con un descuento de hasta un 50% antes de su lanzamiento a mercado”. La página describe que el objetivo es “lograr la recomposición natural de un millón de hectáreas en 10 países distribuidos en los cinco continentes en los próximos 10 años, comenzando por la Selva Paranaense de la provincia argentina de Misiones”. Transcurridos 100 años, las tierras pasarán a ser propiedad del Estado nacional “bajo compromiso de preservación”. Se explica en el sitio que GBM nació de la alianza de dos empresas: Heimdall Technologies OÜ, con sede en Tallin (Estonia) y Nideport SA, con sede en Montevideo (Uruguay); y tiene sede en Tallin. Se presenta como un “equipo interdisciplinario formado por más de 40 profesionales de Estonia, Argentina y Uruguay, expertos en tecnología, sistemas, finanzas, gestión, sustentabilidad, marketing y comunicación”. Sin embargo, en Misiones fueron consultados muchos funcionarios y dirigentes ambientales que aseguraron nunca haber escuchado nada de este emprendimiento.
GBM Coin y GBM Bono
GBM Coin es la primera moneda virtual asociada a la protección, la preservación, la conservación, la restauración y la no explotación nociva del capital natural por 100 años. Sólo existirá un GBM Coin por cada m2 de tierra del área de la selva misionera a conservar. La propuesta se complementa con la emisión del bono de carbono GBM Bono. Cada crédito de carbono representa una tonelada de dióxido de carbono atmosférico que se ha evitado o capturado. GBM Bono está representado por una porción de una tonelada de dióxido de carbono, equivalente a un m2 tierra, con una densidad de carbono que puede variar.
De esta manera, “ofrecemos una criptomoneda con un doble beneficio: primero, respaldada en capital natural, y, segundo, con la funcionalidad de medio de pago para la compra de un bien intangible (crédito de carbono)”
“A través de GBM, es posible ganar dinero y coadyuvar a la remediación del cambio climático” remarca la web.
Los negocios que ofrecen
Se puede registrar en la plataforma, con un correo electrónico o perfil de Facebook o Twitter. Se debe crear un usuario y una contraseña. En el “ecosistema GBM” se ofrecen “productos y servicios pensados especialmente para satisfacer las nuevas necesidades financieras del mundo actual” como herramientas para “que puedas comprar, vender, guardar y enviar criptomonedas de forma segura, rápida y sencilla las 24 horas, los 365 días del año”. Mediante la app se promete “en todo momento y en cualquier sitio, puedes realizar movimientos en tu cuenta, en apenas unos segundos”. Con la app también se podrá “controlar tus activos y acceder a datos, estadísticas y gráficos sobre los últimos movimientos del mercado”.
Ubicación del área a conservar
No se brindan detalles de ningún tipo sobre el supuesto suelo misionero sobre el cual se venden bonos verdes. Solamente se indica que “GreenBondMeter, a través de su primera empresa adherente Global Seven SAS, recuperó un sitio de 25.000 hectáreas para iniciar el proyecto”. En él se emplaza un aserradero con actividad forestal con cambio de suelo sobre más de 2.000 hectáreas y extracción de madera sobre la totalidad del campo.
La tierra se ubica a 300 kilómetros de Posadas y a 200 de Iguazú, en el departamento de San Pedro, sobre la ruta nacional 14. La web resalta también un trabajo de compromiso con la comunidad local, con el objetivo de “retribuir a los pueblos originarios del territorio en cuestión” mediante generación de empleo. Se habla de “programas destinados para el mejoramiento de las condiciones habitacionales, sanitarias, educativas, culturales y de conectividad de las comunidades contenidas en un radio de 50 kilómetros, a contar desde la entrada a la selva protegida, cerca de Cruce Caballero. En este espacio, se ubican cinco comunidades mbya- guaraní, con una población calculada de 400 habitantes, con estimaciones de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) de un 38%”. Sin embargo, ninguno de los intendentes de la zona, funcionarios de Desarrollo Social y referentes que fueron consultados por este Diario conoce nada de esta iniciativa. Para mostrar transparencia se habla de una “auditoría independiente” realizada por “Certificación Sustentable SA”.
Esta empresa, que también es poco conocida en el ambiente, tiene un sitio web con diseño muy parecido al de GBM cuyo presidente es Marcelo Taboada, de muy pocas apariciones en los medios de comunicación del país.
Se presume que las iniciativas “se someterán a una rigurosa evaluación de entes calificados” como Verified Carbon Standard (VCS de VERRA). Se promociona, asimismo, que GBM “gestiona un convenio de colaboración” con Aves Argentinas (organización científica ambiental sin fines de lucro) y Green Cross Reino Unido (Integrante de Green Cross International) para la determinación de tareas conjuntas y la difusión de las actividades realizadas en el marco de convenios de colaboración recíproca.