En la entrada de casa, Alicia Arruda allanada por difundir noticias falsas. En otra habitación, Sergio Lanziani despertado de la siesta por la policía, siendo notificado por violar la cuarentena obligatoria más de una vez.
El Secretario de Energía de la Nación, Sergio Lanziani, estará deseando en estos momentos volver a despertar de esa amena siesta misionera, de esas en donde el silencio en el barrio producto del desierto por la cuarentena obligatoria condimenta al sueño de la tarde soleada. Esas ganas de volver a despertar y que los allanamientos policiales en la casa de su pareja en Oberá sea un capítulo más de una serie de pesadillas; y que al abrir los ojos, todo esté bien para poder ir a la cocina y prepararse un amargo.
Sin embargo, al ex Secretario de Energía de la Provincia no le despertó la alarma del celular, sino un llamado inesperado en su habitación: la Policía de la Provincia y la Dirección de Cibercrimen. Confusión, mareo, pelos parados y ojos sucios al levantarse rápidamente de la cama, pensando en si esto es real o no. Por las dudas, calzó la primera remera que encontró.
El hecho ocurrió este sábado, en el domicilio de su pareja en Oberá, Alicia Raquel Arruda. Los efectivos llegaron al lugar para buscarla a ella, por ser posiblemente la autora de varias publicaciones en redes sociales con información falsa sobre el Coronavirus, con el fin de imponer el temor en la sociedad misionera. Una de estas tantas fake news, aseguraba que el Presidente de la Legislatura de Misiones, Carlos Rovira, trajo el Covid-19 a la provincia cuando volvió de sus vacaciones, y que éste le habría contagiado a su madre, quien falleció pocos días después. Lo cierto, es que son nada más y nada menos que falacias.
La mujer fue imputada por el Artículo 211 del Código Penal de la Nación, el cual prevé que “será reprimido con prisión de dos a seis años, el que, para infundir un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro común, o empleare otros medios materiales normalmente idóneos para producir tales efectos”.
Ok, hasta ahí, no hubo ninguna sorpresa.
Pero cuando los oficiales ingresaron al hogar, encontraron en su quinto sueño a Lanziani. “Señor juez, acá está durmiendo la siesta un Ministro de la Nación”, comunicó uno de los policías.
Normalmente, cuando una persona se despierta, no actúa en su plenitud. La primera reacción de Lanziani fue chapear su cargo para que no le detuvieran.
El Ingeniero despeinado debería estar en Buenos Aires, cumpliendo con la cuarentena obligatoria decretada por el Presidente Alberto Fernández el pasado 20 de marzo. O bien, debería estar en su domicilio en Posadas. Pero estaba en Oberá, con su pareja, la que difundió noticias falsas desde su hogar y desde la sede provincial de la fundación Papa Francisco, la cual ella es titular.
Lanziani no sólo violó la cuarentena yendo a Oberá. Sino que días anteriores (donde ya estaba el decreto) el funcionario nacional se trasladó a Posadas para realizar trámites personales, e hizo uso de su excepción como personal del Estado…pero para algo privado.
Seguramente estaba dejando todo listo para volver a la Capital Provincial, ya que es inminente su renuncia como Secretario de Energía de la Nación, con previo acuerdo con Alberto Fernández. Esto se debe a que su relación con el Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, como así también con el presidente de YPF, Guillermo Nielsen fue en decadencia.
Es que, Lanziani llegó a Buenos Aires con su nuevo cargo nacional, y no sólo se olvidó de los misioneros al clavar el visto en Whatsapp a las solicitudes energéticas de la provincia; sino que también cerró la puerta de su oficina, desconectó el teléfono para ignorar a Alberto Fernández, y cerró acuerdos en soledad para su beneficio propio.
Ninguno de los dos fueron presos, y la noticia del allanamiento salió en todos los medios del país. Su reputación política ya terminó de cavar el pozo en el cementerio de los elefantes, y este hombre despeinado solo se da bofetadas, para desear que esto sea solo un mal sueño, y que un buen día, su foto de recién levantado deje de circular en los medios.
Fuente: Muy Temprano