Tras los últimos anuncios del gobernador Oscar Herrera Ahuad, se ve a simple vista que el “refresh” es un pase de factura interno dentro de la Renovación y la preparación para la llegada de un nuevo actor político que no sea cuestionado por nadie, esa es la “sorpresa” que en menos de un año tendremos.
Carlos Rovira conduce su esquema de tal forma que sus integrantes aceptan “todo”. Llamativamente, o no tanto, un espacio político que alguna vez se jactó de la importancia de su militancia, hoy la desplaza, la deja de lado. Pero lo más surrealista es que aplauden esta determinación y, además, quieren darle una explicación filosófica a su propia debacle.
Muchos pueden pensar que se empareja para abajo, que hoy para ser funcionario no hace falta tener una compresión de la realidad, ni sentido común y mucho menos una formación de cuadro político. Todo es discutible, y electoralmente, por ahora, les da resultado, porque estas contradicciones todavía no llegan al pueblo o los ciudadanos, como ustedes gusten llamarles.
El problema es el mensaje que reciben aquellos que ven y creen en la política como vocación y no como simples funcionarios, cuya máxima aspiración es formar parte de un sistema que les sirva para vivir mejor, en una sociedad donde el materialismo es sinónimo de pertenencia.
Pero ese mensaje algún día puede hacer reaccionar a los militantes y cuadros postergados o a los que no acepten que desde el poder intenten quitarles la ilusión de creer que puede haber una sociedad más justa y con oportunidades para todos. Y así impedir la llegada de un nuevo mesías de laboratorio.
“Cada generación, dentro de una relativa opacidad, tiene que descubrir su misión, cumplirla o traicionarla.” Frantz Fanon
Apuntes del ensayo “El extraño caso del Sr Refresh”