Una vieja disputa empresarial volvió a salir a la superficie. La familia Zbikoski, dueña de la empresa monopólica de transporte conocida como Grupo Z, jamás pensó que su archirival, la familia Wipplinger, tendría el poder político actual.
La familia Wipplinger tiene mucha influencia en la actual administración de Oscar Herrera Ahuad, a tal punto, que el ministro coordinador de gabinete, Víctor Kreimer, es hombre de este grupo empresarial. Además, el diario Primera Edición marca el ritmo de la gestión renovadora, como nunca había sucedido hasta ahora.
Los acuerdos terminan mal cuando comienzan las disputas personales, el enojo y el rencor. Si cualquiera de estas dos familias no ponen un manto de piedad y coherencia, bajando el perfil, quedará expuesto el gobernador.
Para muestra un botón: esta nota que está al pie (ver Usuarios exigen que se habilite el uso de la Sube nacional en Misiones) que fue publicada por el diario Primera Edición este último domingo, pero forma parte de algo más grande y que viene de hace tiempo. Para los que no entienden del tema, el congelamiento de tarifas es solo para la prensa y el público en general, el Grupo Z va a recibir, como hace décadas, su compensación del gobierno provincial y el Grupo Wipplinger, como no lo puede impedir, comenzó a impulsar, con su poder mediático, el tema del control de la SUBE, ya que con mucha razón dan a entender que nadie controla lo que hace la familia Zbikoski con los millones de pesos en subsidios que le da la Renovación.
Feo momento para estar en el lugar del gobernador Herrera Ahuad, después que la Legislatura aprobó en el Presupuesto 2020 millones de pesos en subsidios para el Grupo Z, ahora tiene que elevar esa cifra y sus aliados circunstanciales se oponen. Compren pochoclo que lo que viene puede ser más entretenido que cualquier serie de Netflix.
Usuarios exigen que se habilite el uso de la Sube nacional en Misiones
Señalaron al Grupo Z como responsable de impedir el desembarco de la tarjeta federal con sus múltiples beneficios. El diputado Isaac Lenguaza dijo que “no hay control efectivo y no se conoce el costo real del boleto”.
Las falencias del servicio prestado por el Grupo Z en la explotación del transporte de colectivos son cada vez más cuestionadas. Con el inicio del nuevo año, los primeros reclamos se hicieron oír por la quita de frecuencias en los recorridos diarios que afecta a miles de pasajeros.
A esto se suma ahora que, ante la posibilidad del retorno de los subsidios a favor de las empresas, los usuarios recordaron que hace años se lucha para que se autorice la implementación de la Sube nacional en la provincia, lo que derivaría en la oferta de beneficios y descuentos para el dueño de la tarjeta, y la opción concreta para que el Estado pueda controlar la millonaria recaudación que cosechan los empresarios.
Cabe recordar que en 2018 la Nación presionó con fecha límite (octubre) para que se implemente la tarjeta federal en Misiones. La comunicación llegó a las empresas con todos los requisitos y obligaciones que debían cumplirse para adaptarse al sistema federal. El objetivo, además de acercar beneficios para los usuarios, era poder controlar a las prestatarias del servicio urbano, con evaluaciones más específicas principalmente en lo que refería a los aportes enviados desde el Gobierno nacional para subsidiar al sector.
Entre sus destacadas cualidades, la SUBE nacional utiliza un sistema de GPS que monitorea el movimiento del colectivo, y el expendio de los boletos lo cual permite determinar con mayor precisión el monto de los aportes que precisan las empresas.
Sin embargo, con el paso del tiempo la intención quedó en la nada, sobre todo tras la caída de los subsidios nacionales al transporte por orden del entonces presidente Mauricio Macri. Por ello, el Grupo Z continúo operando en Misiones sin el control nacional y con la posibilidad de dibujar repetidamente en sus balances la cantidad de pasajeros que utilizan el servicio.
Recientemente, el presidente Alberto Fernández decidió que las tarifas de los colectivos tendrán un “congelamiento” por 120 días. Una medida similar fue dispuesta días antes por el gobernador Oscar Herrera Ahuad, pero con la duración de seis meses. Estas iniciativas derivan en la posibilidad que los empresarios presionen para lograr el retorno de los subsidios enviados por la Nación.
En relación a esto, entrevistado por PRIMERA EDICIÓN, Daniel Morel, presidente de la “Unión de Comisiones Barriales”, informó que en Posadas se están llevando a cabo diversas reuniones con los usuarios por el crecimiento de los reclamos ante la calidad del servicio brindado por las empresas de transporte, y remarcó que una de las principales demandas es la ausencia de los beneficios y descuentos que la SUBE nacional podría traer a la provincia.
“Con el tema del transporte público levantamos reclamos en la mayoría de los barrios. Lo que más molesta es que el Estado no hace nada para remediar la situación, porque se hicieron muchas cosas a favor del empresario pero absolutamente nada para la gente. Desde la llegada del Sistema Integrado de Transporte Metropolitano (SITM) hasta ahora, todo fue un desastre, los únicos beneficiados fueron los empresarios”, aseguró.
Puntualmente, sobre la tarjeta federal destacó: “Sabemos de los beneficios que tiene la Sube a nivel nacional, y que van directamente al usuario, son para la clase trabajadora, amas de casa, o los que tienen planes sociales. El sistema tiene función de contralor inviolable, lo cual significa que el usuario y el Estado pueden saber cuántas personas son transportadas, y por ende también discutir el costo del boleto que en Misiones hace años no sabemos quién, ni cómo o cuándo lo maneja”.
Teniendo en cuenta las distancias que se recorren en el gran Posadas, Morel indicó que para los vecinos “tenemos un costo elevado del boleto hace mucho tiempo. Sumado con el agravante que hace tiempo se quedan con los dos pesos de cambio cuando alguien paga con efectivo”.
“Además nos vemos privados de la posibilidad de hacer recargas mediante una aplicación como Mercado Pago (otra facilidad que otorga el plástico federal). Eso evita tener que hacer colas o depender del kiosquito del barrio si dispone de crédito o no para hacer las cargas. Por esos motivos hace años venimos pidiendo que se implemente en Misiones la Sube nacional ya que tiene beneficios que son para todos”, recalcó.
Al mismo tiempo acusó: “Se sabe que la Sube misionera es netamente manejada por el sector empresarial. Es muy ilógico que se pueda controlar o discutir el costo del boleto, si el empresario tiene la libertad de decir qué es lo que factura. No debería ser así, si van a estar los subsidios, necesitamos un Estado presente en serio, que se tomen decisiones para que el empresario cumpla con lo que tiene que cumplir. Es un servicio público subsidiado y cuando hablamos de aportes es plata de todos los argentinos, no solamente de los que usan el colectivo”.
En el mismo sentido se expresó el diputado provincial Isaac Lenguaza, referente del Partido Agrario y Social (PAyS), quién reclamó que si planean reponer los millonarios subsidios destinados al grupo empresarial “primero que instalen la SUBE nacional”.
Así, ante el congelamiento de tarifas de colectivos por 180 días a nivel provincial y la posibilidad que retornen los aportes nacionales que habían sido dejados sin efecto durante el macrismo, el legislador misionero señaló: “Sin SUBE nacional, seguiremos sin conocer sus ganancias reales”, y recordó que el sistema federal permite un control cruzado, monitoreado por el Estado y con bancarización de la recaudación de las empresas lo cual imposibilita que se escondan ganancias. “Ese es un control que es esencial para garantizar que la plata de todos no vaya a parar a quienes no necesitan porque ganan demasiado”, apuntó.
“Es urgente el trámite de la provincia ante los administradores de la SUBE nacional para que el sistema se aplique en área metropolitana de Posadas, Garupá y Candelaria sin demoras, o vamos a seguir viendo cómo las empresas desangran los bolsillos de los usuarios y las arcas del Estado aún sin merecerlo”, añadió.
Lenguaza recordó que, durante años, la promesa incumplida de aplicar la SUBE nacional en el gran Posadas privó al Estado de conocer la recaudación real de las empresas, ya que el sistema “Sube Misionero” lo manejan las propias firmas a través de terceros vinculados. “La provincia debía cumplir con el cronograma previsto en la Resolución 53/2018 del Ministerio de Transporte, pero la caída de los subsidios dejó todo sin efecto”, señaló.
“Si no se aplica la SUBE nacional se seguirá beneficiando al Grupo Z porque no hay control efectivo y no se conoce el costo real del boleto. En plena emergencia alimentaria, esto es inconcebible. Hay que dejar de mirar a otro lado, controlar y priorizar los aportes a quienes más necesitan”, consideró.
Ausencia de beneficios
Entre los beneficios que ofrece la tarjeta SUBE Federal se encuentra la Tarifa Social aplicada con ANSeS, brindando descuentos de hasta un 55% en las provincias adheridas, que puede ser pedida por los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y Asignación por Embarazo; Becas Progresar; Hacemos Futuro; Monotributo social; y personal de servicio doméstico, entre otros.
En las ciudades de Posadas, Garupá y Candelaria los descuentos extras para estos sectores no existen. Los que sí reciben beneficios son los jubilados, discapacitados y excombatientes de Malvinas.
La tarjeta nacional permite que un pasajero pueda acceder a descuentos, en las ocasiones en las que necesita realizar varias combinaciones de frecuencias ,dentro de un determinado lapso de tiempo. En 2 horas se pueden hacer hasta 6 viajes con 5 combinaciones de transporte.
Así, en el primer viaje se paga la tarifa completa. En el segundo viaje, el valor se reduce a la mitad. Mientras que a partir del tercer viaje se abona la tercera parte del precio. Estos descuentos aplican siempre que los viajes sean hechos dentro de un plazo de 2 horas. El ciclo no tiene límites de reiteraciones por día.
Esta opción es muy aprovechada principalmente por los usuarios de Buenos Aires que, en sus rutinas diarias, deben pasar velozmente del viaje en colectivo al tren o subte para realizar las combinaciones y llegar a un determinado destino.
Por otra parte, en la mayoría de las ciudades el propietario de una tarjeta puede abonar diferentes boletos en el mismo colectivo si desea viajar con acompañantes. Sin embargo, esto no es permitido con el uso de la Sube misionera, que delimita el pase de la tarjeta a una sola persona, mientras que los que no posean un plástico propio son obligados a abonar el precio diferencial con un elevado recargo. Esta situación genera diversos inconvenientes para los visitantes o familiares que están de paso por la ciudad, también para los contingentes de turistas, que deben optar por gestionar una tarjeta, aunque estén solamente por escasos días, o pagar la tarifa única en efectivo con recargo en cada viaje.
De acuerdo a lo que indica la firma que brinda el servicio en el gran Posadas, “el ‘Sube Misionero’ es un medio de pago electrónico que permite a los usuarios viajar en la totalidad de los colectivos de la Región Metropolitana de Posadas, recargando efectivo en una única tarjeta, la cual ante el simple acercamiento a la máquina lectora, descuenta el valor del viaje, evitando la necesidad de contar con dinero en efectivo para acceder a los servicios. Las tarjetas nominadas son personales e intransferibles y llevan impreso el nombre y apellido del titular y número identificatorio de la tarjeta, para lo cual el interesado debe registrarse en los centros de atención habilitados”.
Creación del “SUBE Misionero”
Un informe publicado por este Diario en abril del 2019 dio cuenta de cómo el polémico Grupo Z fundó al “Sube Misionero”.
Así se detalló que la empresa que explota la circulación de la tarjeta en la provincia, Servicios Urbanos SA, fue creada con dinero de las firmas Z, mediante una investigación sobre el origen de la conformación societaria.
Servicios Urbanos SA es la firma que vende, cobra por las recargas y administra la tarjeta Sube misionera. A la vez, informa al Gobierno, mediante “declaraciones juradas”, cuántos boletos venden y la cantidad de dinero que recaudan los colectivos. En base a esas declaraciones se realizan los cálculos sobre el precio que debe tener el boleto para que el concesionario no plantee pérdidas. Sin embargo, lo preocupante es que esta tarea no tiene mayores controles por parte del Estado.
En el año 2014, a través de una denuncia hecha en la Legislatura Provincial se conoció que “en 2007 inscribieron la empresa Servicios Urbanos SA en el Registro Público de Comercio y en el acta constitutiva, que es un acta de Escribano; consta que quienes fundaron la empresa son Don Casimiro, Tipoka y Nuestra Señora del Rosario”. Esto significa que las tres firmas mencionadas, y que responden al mismo grupo empresarial, pusieron el capital inicial para crear Servicios Urbanos SA, con la firme intención de hacerse cargo de la emisión de tarjetas de boleto electrónico y la colocación de las máquinas expendedoras.
Otros reclamos
El servicio otorgado por el Grupo Z es criticado masivamente, principalmente por los pasajeros diarios, por diversos motivos como ser el estado precario de las unidades, falta de aire acondicionado en tramos largos, ausencia de líneas en diferentes barrios, y modificaciones arbitrarias de recorridos sin avisos previos, entre otros puntos.
El presidente de la Unión de Comisiones Barriales, expresó que en las últimas semanas “hay muchas personas que se quejan porque tiene que esperar mucho tiempo para viajar, están media hora aguardando por un colectivo en la estación de transferencia pero cuando llega no pueden subir todos por la gran cantidad de gente que hay. Por eso tienen que esperar el siguiente colectivo otra media hora más. Entonces para hacer un solo viaje pierden cerca de una hora de espera”.
Esto se debe a que con el cambio de año, los usuarios del transporte público de pasajeros comenzaron a expresar su malestar ante la evidente reducción de la cantidad de colectivos que salen diariamente a realizar sus recorridos. Así lo remarcaron los pasajeros, asegurando que en cualquier horario se puede confirmar que existen en circulación menos unidades que las que se utilizaban antes del cierre del 2019. En las paradas del casco céntrico, avenidas principales, dentro de los barrios y principalmente en las terminales de transferencia, se observan extensas filas de personas que deben aguardar por tiempos muy prolongados para dirigirse a sus trabajos o retornar a los hogares. Ante esto, reclamaron que incluso con menor movimiento en la ciudad, por el receso escolar y las ferias, la disminución de las frecuencias los obliga a seguir viajando en condiciones complicadas, por exceso de pasajeros, “como sucede durante todo el año”.
“Además, entre las falencias, hace muchos años se lucha para que los colectivos usen las colectoras de la ex ruta 213, por eso se hizo la prueba piloto el año pasado pero parece que se siguen burlando de nosotros”, cuestionó Morel y amplió: “Las unidades están rotas y no tienen aire acondicionado, por eso es importante que tengamos buena calidad del servicio como corresponde o que se llame a licitación pública”.
“Estamos sometidos al Grupo Z que hace lo que quiere con la clase trabajadora. Si al empresario no le sirve la explotación del servicio, tiene que dar un paso al costado, pero evidentemente le sirve porque se queda”, sostuvo.
A su vez, celebró la decisión del Gobierno provincial de congelar las tarifas del transporte por 180 días. “El problema es que también se congeló el servicio y sobre eso nadie hace nada”, criticó en relación a la decisión del sector empresarial de reducir notoriamente las frecuencias con la llegada del receso escolar.
Sistema federal disponible en 39 ciudades
El registro SUBE nacional llegó en noviembre del año pasado a la ciudad de Mendoza, con lo cual el listado de las localidades habilitadas se estiró a 39 puntos diferentes donde el usuario puede utilizar la misma tarjeta.
Hasta el 2015 la SUBE federal se encontraba en 10 localidades: Mar del Plata, Partido de la Costa, Pinamar, Ushuaia, Río Grande, Río Gallegos, San Carlos de Bariloche, San Juan, Formosa, y Santa Fe de la Vera Cruz.
Para el 2019, según información del Ministerio de Transporte, la Red Sube llegó a 29 ciudades más: Villa Gesell, Neuquén, Comodoro Rivadavia, Corrientes, Venado Tuerto, Palpalá, San Salvador de Jujuy, Viedma, Olavarría, Santa Rosa, Necochea, Bahía Blanca, General Pico, San Fernando del Valle de Catamarca, Trelew, San Nicolás de los Arroyos, San Luis, Rawson, San Martín de los Andes, Resistencia, Roque Sáenz Peña, Paraná, Pergamino, Cipolletti, Gualeguaychú, Villa Allende, Rafaela, Apóstoles (la única localidad misionera que permite el uso de la SUBE nacional desde marzo del 2016), y Mendoza.
Hasta el momento las provincias que están completamente fuera del sistema federal son Salta, Santiago del Estero, Catamarca y Santa Cruz.
Ventajas con la Red Sube
La Red Sube es un sistema que comenzó a utilizarse aplicando importantes descuentos a la tarifa de transporte en los viajes realizados con algún transporte público del Área Metropolitana de Buenos Aires, como ser colectivos, trenes, metrobus y subtes.
Con el tiempo fueron sumándose más ciudades a la estructura federal, en lo que se refiere al transporte de colectivos.
Así la misma tarjeta Sube Nacional puede ser aprovechada en diferentes provincias.
La tarjeta Sube es un servicio para pagar el transporte. Tiene tarifa diferencial para jubilados, excombatientes, beneficiaros de planes y trabajadoras domésticas.
Entre sus beneficios, el sistema nacional ofrece la posibilidad de viajar hasta agotar el saldo negativo que llega hasta los $54, Este es un servicio que permite viajar cuando el crédito de la tarjeta no alcanza para pagar el boleto. El monto utilizado se descuenta de la próxima carga. Todos los usuarios disponen de este beneficio.
Además, al contar con la Sube registrada, se puede recuperar el saldo en caso de pérdida o rotura del plástico.
Cada usuario cuenta con una clave de acceso a “Mi SUBE” y podrá realizar gestiones, revisar viajes y enterarse de las promociones.
Con la aplicación de celular “Carga SUBE” que se encuentra disponible de forma gratuita para algunos celulares Android, se podrá cargar la tarjeta directamente desde el teléfono y usarla de forma automática.
Existen varias opciones para cargar la Sube federal de forma autónoma: homebanking, aplicaciones de pago o cajeros. Esto le permite al usuario cargar con tarjeta de débito o crédito en el horario que quiera. Luego de realizada la compra de la carga, el usuario deberá acreditarla a la Sube. Puede hacerlo desde el celular con la aplicación Carga SUBE o desde las Terminales Automáticas ubicadas en espacios públicos. También se puede adquirir el dispositivo Conexión Móvil desde la web conexionmovilsube.com.ar.