El gobernador electo, Oscar Herrera Ahuad, se saltó los seis meses que faltan para la asunción del cargo y adelantó gestiones vinculadas a su futuro mandato en sendas reuniones con el embajador de Estados Unidos, Edward Prado, y el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Guido Sandleris. Si se mira al contexto, una reñida contienda electoral, cruzada por una crisis económico-financiera de final incierto, la decisión de estrenar investidura en el país central mediante un encuentro con el embajador norteamericano sugiere una señal y/o un gesto político.
Por los dichos del mandatario electo, sin embargo, la clave habría que buscarla en la gestión, término que el hoy vicegobernador buscará mantener al tope de su vocabulario como primer Jefe de Estado, siguiendo la tradición pragmática de la fuerza política que integra. Al hablar ayer con la prensa, Herrera Ahuad comentó que el embajador estadounidense le prometió una visita a Misiones, algo que haría con intención de observar la posibilidad de radicación de capitales, la apertura de una conexión aérea entre Puerto Iguazú y Estados Unidos, e iniciativas sobre “plataformas digitales, especialmente para los jóvenes, como ya se está haciendo en otras provincias”, detalló Herrera Ahuad.
A Sandleris, el funcionario misionero le presentó “un programa especial de trabajo para las pequeñas y medianas empresas de Misiones, con una mención especial en lo que hace a tasas y especialmente en lo relativo al acceso al crédito de los distintos órdenes de lo que tenemos en la provincia”, precisó. Se observa en este intento, la justificada preocupación por encontrar un mecanismo genuino de sostenimiento de la pequeña producción y el comercio. Los programas “Ahora”, que recientemente se prorrogaron hasta diciembre, representan un importante paliativo, pero no alcanzan a llenar el vacío de incentivos a la producción y el trabajo. Las anticipadas gestiones, que tendrían frutos recién después del 10 de diciembre, es decir en un país probablemente muy distinto al actual, parecen querer contrarrestar estos vacíos y acentuar, por encima de la incertidumbre inherente a la crisis, la previsibilidad que respira el modelo misionerista, que hace casi dos décadas se sucede a sí mismo en el poder.
El plebiscitario resultado de las elecciones del 2 de junio, obtenido por la fórmula Herrera Ahuad- Arce, del Frente Renovador sostiene esa sensación, materializada en la boleta corta y la consigna de “un consenso tranquilo”, lanzada recientemente por el conductor político, Carlos Rovira. En línea, Herrera Ahuad estimó ayer que lo importante será ratificar un fuerte bloque misionero en el Congreso, y restó dramatismo a la campaña de aquí a octubre; ”la campaña –expresó- va a ser con mucha tranquilidad, con mucha austeridad, como fue la anterior. Y nosotros, como lo hacemos siempre en la gestión y en la política, vamos a seguir caminando la provincia con nuestros candidatos y, seguramente, vamos a tener un tiempo de campaña netamente política con enorme tranquilidad”, definió.
La situación económico social que enmarca el proceso electoral, aún en Misiones, no se ajusta del todo a esta visión, como lo muestran los reclamos que ayer mismo expresaban diversos sectores. Los empresarios madereros, a través de la Mesa foresto industrial se quejaron de la alta presión fiscal y elevaron una serie de pedidos específicos al gobierno nacional. Solicitaron que se revise el aumento de la tasa de intereses resarcitorios y punitorios de la AFIP y pidieron la vuelta atrás de la resolución que limita el acceso al crédito a aquellos que tengan deudas previsionales. El estado crítico de la economía, por otra parte, se expresó con fuerza ayer en el Ministerio de Trabajo, donde en la última reunión de conciliación obligatoria, se acordó que los 90 trabajadores despedidos de la empresa Dass de Eldorado no serán reincorporados.
Artículo publicado por el sitio Miisones Opina