El periodista Fernando Oz, de desconocida militancia renovadora hasta ahora, escribió en su blog personal un interesante análisis sobre la figura del conductor del Frente Renvador de la Concordia Social y lo tituló “Mick Rovira, el que pensó distinto”.
Carlos Rovira es como Mick Jagger, no pierde vigencia, se reinventa para estar siempre en la cresta de la vanguardia. Y al igual que el mítico líder de los Rolling Stone, se divierte, rockanrolea. Hoy habla de la reingeniería política de la renovación, de ese “nuevo algoritmo” que es la neorenovación 5.0. “Entonces, yo pensé distinto, quería una cosa distinta”, así recuerda el presidente de la legislatura de la Tierra Sin Mal cuando en 2003 creó el Frente Renovador y apostó a la candidatura presidencial de un tal Néstor Kirchner.
Durante la cosecha del pasado 2 de junio, el partido que dirige el exgobernador recogió casi el 75 por ciento de los votos. Sobre ese montículo de avales a “un estilo socioeconómico de hacer política” se encuentra parado Rovira y desde allí comienza a hablarle al país. Dice que “no podemos seguir condenando, al clasicismo de la educación, a los argentinos. Hemos roto las cadenas del pensamiento, de la formación, el pensamiento crítico nuevo”.
Y en esa cuesta arriba, señala que la educación “es más importante que el dinero para resolver la crisis” y que el país comienza a hablar sobre esa “revolución del conocimiento” que nació en Misiones. No lo dice un caudillo abulonado en la cúpula de un gobierno, sino un diputado provincial de mucha experiencia política que creó la primera escuela de robótica del país y esparció en su provincia la semilla de las nuevas pedagogías en las enseñanzas.
También hace un llamado a la construcción de un “verdadero consenso” para “después de las elecciones”. El líder del Frente Renovador de la Concordia –un partido provincial– pide “una política que cierre la grieta en un gran consenso nacional” que “tiene que ser convocado por el Presidente de la nación después de las elecciones”.
Rovira regaló todos esos conceptos el pasado miércoles durante una conferencia de prensa. Hasta se atrevió a retar (mejor verbo, imposible) al mismísimo presidente: “El Gobierno actual aduce, entre otras cosas, de falta de política y falta de búsqueda de consensos. ¿Y cómo vas a buscar si estás en la grieta?”. Lo dice a sabiendas de que él fue quien inauguró aquello de aportar gobernabilidad, y desde esa consigna colaboró para que Mauricio Macri lleve una gestión sin el peso de una oposición irracional.
Sobre ese mismo riel le dice a la Casa Rosada que “la política es la única que puede corregir el rumbo. La política de la Nación tiene que ser amplia, generosa; hay que consensuar, antes hay que dialogar muchísimo”.
El diputado refuerza la decisión que tomó su partido de ir a las elecciones nacionales con boleta corta, es decir sin ir colgado del saco de algún candidato presidencial. Pareciera estar convencido de que el electorado misionero siente una suerte de lealtad y agradecimiento a la renovación y que por eso apostará al corte de boleta. Pero tiene sus argumentos y reparte ejemplos sobre los nuevos comportamientos que hay en materia electoral en el mundo, como el caso del más reciente escenario eleccionario: el Parlamento Europeo.
Al hablar sobre el tema, una vez más, vuelve dirigir su mirada hacia fuera de los límites fronterizos de su provincia: “Los votos de cada pueblo, de cada región, deben ser sagrados, y no pueden caer solamente en el cedazo del dictado partidario. Sería desviarlos, sería atenuarlos, reducirlos, y sería un reedición de lo que hoy estamos padeciendo”. Se refiere al declive de las grandes moles partidarias, se refiere al auge de los movimientos localistas que inteligentemente dan sus espaldas a la media cara salvaje que tiene la globalización, se refiere a las nuevas democracias, se refiere al mundo.
Inmediatamente tiende su mano. Salta la grieta. Mira al 10 de diciembre. Carlos Rovira habla al país. “Nosotros queremos resolver, aportar a la solución con herramientas nuevas y con delegaciones auténticas”, lo dice haciendo referencia a los candidatos a diputados que propone la renovación. Pero el mensaje, entre otros tantos párrafos, pareciera buscar trascender a su electorado. Tal vez sepa que alguien transcribe celosamente sus discursos para la posteridad.
Para “entender estos procesos que no son fáciles” –es decir esa “reingeniería política”, ese “algoritmo político”, esas “nuevas democracias”–, Rovira pide tener “la cabeza abierta, la mentalidad abierta”.
El despliegue discursivo, que se sirvió sobre una rueda de prensa, también tuvo mensajes internos. De apertura, de compromiso, de diálogo, de racionalidad. “Acá hay un tema que es central, ir cambiando la mentalidad. Por eso que en esta edición Neo, hemos presentado un proyecto político con una mentalidad nueva; que no dejó de lado la vieja política porque no somos cancerberos ni funerarios de nadie, pero sí tenemos que alumbrar lo nuevo, porque la vanguardia se hace con lo nuevo, la flecha del tiempo es hacia delante, nunca para atrás”.
El ingeniero descree de quienes hablan sobre su jugada de riesgo, de los que dibujan un escenario en que el electorado puede evitar llevar a la urna la boleta corta al verse seducido por lista en la que figura alguno de los candidatos a la Casa Rosada. Insiste en que ese no es un problema, en que la gente sabe de cortar sábanas, en que pueden elegir al presidencial que quieran, en que el misionero votará a quien represente el misionerismo en el Congreso. Es de “la vieja política pensar en especular que el arrastre te asegura”, contesta a uno de los periodistas. Lo contrario a la apertura de cerebro que celebran desde la neorenovación en estado de evolución.
“En nuestro pensamiento no hay riesgo, ni un solo riesgo”, dice Le Conducteur cuando alguien vuelve sobre la cuestión de la boleta corta y la necesidad de que el misionerismo no pierda bancas en la Cámara baja. ¿Será que la esencia de la neorenovación es no correr riesgos?
Para el psicólogo Daniel Kahneman –que en 2002 se convirtió en el primer no economista distinguido con el premio Nobel de Economía por su trabajo pionero a la hora de integrar descubrimientos de la psicología en las ciencias económicas– es evidente que las personas no son enteramente racionales, ni enteramente egoístas, y sus gustos son cualquier cosa menos estables. Así lo sostiene en su primera obra, Pensar rápido, pensar despacio, publicada en el país el año pasado por la megaeditora Penguin Random House a través del sello Debate, originalmente impreso en 2011.
A principios de la década de 1970, el estudiante estadounidense de economía Richard Thaler, de un agudo ingenio y vena irónica, se divertía anotando observaciones de comportamientos que el modelo de la conducta económica racional no podía explicar. Se complacía sobre todo en poner de manifiesto la irracionalidad económica de sus profesores. Años después, desarrolló el concepto de economía conductual. En 2017, Thaler ganaba el premio Nobel de Economía.
Kahneman y Thaler trabajaron juntos en el mismo campo de investigación, el primero desde su visión de psicólogo y el segundo desde la economía. Los dos tenían el mismo espíritu. El concepto de aversión (sentimiento de rechazo) a la pérdida es sin duda el aporte más importante de la psicología a la economía conductual. Rovira, el disruptivo en permanente cambio, entiende la aversión.
Durante una discusión sobre toma de decisiones con altos ejecutivos de una gran compañía, Thaler les pidió a sus interlocutores que considerasen una opción arriesgada en la que tenían las mismas probabilidades de perder gran parte del capital que controlaban o ganar el doble de la misma cantidad. Ninguno de los ejecutivos estaba dispuesto a intentar un juego tan peligroso. Thaler se dirigió entonces al director de la compañía, también presente durante la reunión, y le pidió su opinión. El director respondió sin vacilar: “Me gustaría que todos ellos aceptaran sus riesgos”.
La anécdota sirve para ilustrar la vida política de Rovira. El pensador político aceptó el riesgo que implicó crear el Frente Renovador en 2003, lo mismo hizo cuando decidió apoyar a Néstor Kirchner, “en ese momento el doctor Kirchner media dos por ciento”, recuerda el diputado. El mismo espíritu disruptivo demostró en otras tantas oportunidades, incluso cuando garantizó la “gobernabilidad” a Mauricio Macri en momentos en que había una oposición que parecía que se iba a devorar al Presidente en el Congreso.
Thaler, junto a Cass Sunstein, escribieron Un pequeño empujón (Nudge), que es el manual básico de aplicación de la economía conductual a la política. Las analogías entre el frío mundo de la economía y las cuentas mentales que hacemos para organizar y conducir nuestras vidas se encuentran en esa obra. Los resultados son muchas veces disparatados, pero la mayoría de las veces prácticos y precisos.
Rovira no pierde aquella curiosidad de un voraz estudiante universitario, ahora se encuentra buceando por las virtuosas aguas de Thaler y Kahneman.
Retomando la conferencia de prensa del miércoles, casi llegando al final, el presidente de la Legislatura misionera habla sobre las aventuras políticas. No hay Nudge sin aversión, no hay vanguardias sin riesgos.
La boleta corta se enmarca en “los tres cuartiles que votó el misionero”, “en el sagrado respeto a ese voto del 2 de junio”. Según Rovira, “por la magnitud de los números de los resultados, nos han votado casi la totalidad, el 99 por ciento de los que hoy se expresan por la fórmula del doctor Fernández. Nos han votado más de la mitad de los que expresan favoritismo por el presidente Macri, y nos han votado casi la totalidad de los que hoy se expresan a favor de la nueva fórmula de Lavagna. Eso integra el casi 75 por ciento. Entonces es la decisión soberana”.
También es un llamado a superar la grieta que “está al lado como factor de desequilibrio y de la crisis”. Misiones al establecerse “fuera de la grieta, en ninguno de los dos lugares, estamos produciendo una posición de una conducta desconocida. Que se puede interpretar desde los dos lados de la grieta como que es una mala conducta”.
Esa mala conducta posiblemente sea parte de esas nuevas democracia, las que llevan “la acción de los ciudadanos directamente, porque está pensado en el ciudadano”. Sucede que “hoy los partidos, no sólo en la Argentina, están disociados de la realidad. Para un ciudadano es mucho más fácil y más rápido, más genuino y más honesto, sentirse comprendido y entendido por un candidato a diputado de una provincia o un candidato a concejal”. Rovira vuelve a reiterar que su partido está “inmerso en un proceso disruptivo, de política de vanguardia, de un algoritmo nuevo”.
Más allá de la decisión “programática o pragmática” de la boleta corta, el proceso de las democracias locales “se está exhibiendo como universal, que es la contracara de la globalización”, y anuncia el acercamiento del país “a estas nuevas estructuras localistas y al diálogo”.
“¿Usted cree que el que gana va a salir rápido de la crisis?”, pregunta Rovira antes de subrayar que hará “falta mucho esfuerzo” y es allí donde aparece la imagen del “diálogo en la política (que) es fundamental porque es el paso previo al consenso y es la verdadera y auténtica negociación”. Por eso, según su opinión, el Congreso de la Nación va a ocupar un papel fundamental en la solución de la crisis.
Rovira explica que para la provincia es fundamental contar con los diputados de la renovación, que cada uno vote al candidato presidencial que quiera. La lista de reclamos que se lleva cada postulante a la Casa Rosada que pasa por la Tierra Sin Mal es larga y merece su propio espacio.
El ingeniero, Le Conducteur, relaciona a quienes no les gusta la ley de lemas como portadores de un “pensamiento liberal”, y el debate al respecto como una simple “especulación periodística de alguno”. También habrá espacio, más adelante, para explayarse sobre el tema. El arriba firmante es uno de los que cree que la ley de lemas es, al menos, cuestionable e injusta.
Misiones tiene sobrados motivos para apoyar a la lista que encabezará el candidato a diputado nacional Diego Sartori. La neorenovación está comenzando a exportar los pensamientos que la sustentan, esa instancia disruptiva que quiere, entre otras cuestiones, que el próximo presidente reproduzca la escuela de robótica a todo el país.
En privado Rovira cree que en diez años, el modelo de la renovación puede llegar a transformar la Argentina. Al fin y al cabo, él sabe lo que es “una aventura política” y “cuantas aventuras llegaron a término. Si lo puedes soñar, lo podes hacer”. Ya lo decía Walt Disney.