Misiones, la tierra sin mal donde ucranianos y rusos toman mate

Lo que parecía impensable en pleno Siglo XXI es una realidad en pleno mes de marzo del 2022, cuando el mundo todavía se sacude por la Pandemia. Rusia y Ucrania están en guerra. Llegan imágenes tan crudas que hasta se sospecha que sean falsas, pero la triste realidad es que el gigante ataca con todo al granero de Europa que se defiende como puede mientras una gran parte de su población huye y otra resiste. ¿Qué relación tiene Misiones en todo esto? Su población descendiente de inmigrantes. Esta tierra alberga al menos dos fiestas que celebran este encuentro de culturas, la Nacional del Inmigrante que se realiza en Oberá hace más de 4 décadas, y la Raíces de Jardín América que es bastante más joven. Estos encuentros son una demostración de las comidas, bailes y costumbres que mantienen las distintas generaciones a través del tiempo. Pero, analizados en la realidad de hoy, también son una forma de entender que la amistad entre países es más fuerte. “Siempre que hubo guerra en Europa terminó mal, los misioneros damos fe de eso. Los hermanos eslavos se pelaban allá, y acá tomaban mate juntos, estaban juntos, lo volverán a hacer porque esta es la tierra sin mal”, reflexionó el Presidente de la Legislatura Carlos Rovira en la conferencia de prensa de inauguración del Ciclo Lectivo de Educación Disruptiva en Misiones. La tierra sin mal, ese concepto albergado principalmente por los guaraníes, también se puede trasladar a los colonos. La inmigración europea que comenzó a fines del siglo XIX significó la llegada de familias enteras con unas pocas pertenencias y muchas ilusiones de construir un futuro mejor. Los recibió la selva inhóspita, con la que debieron convivir y por qué no resistir, pero del fruto de esa relación hoy Misiones tiene la mayor población rural de la Argentina, el último remanente continuo de la Selva Paranaense y se constituye en la provincia con mayor biodiversidad de la Argentina. Tan mal no salió ese encuentro entre inmigrantes, nativos y naturaleza. Hoy la guerra separa ambos países vecinos en Europa. Acá en Misiones, sus descendientes están unidos, muchos en oración, pidiendo el cese de hostilidades. Mientras toman mate, miran el horizonte y piden que esa hermandad que se palpita desde siempre en esta tierra, pueda verse reflejada en las relaciones internacionales.