El esquema misionerista se dejó capturar por la voracidad del neoliberalismo y la forma más hostil a la voluntad democrática, creer que los aciertos de su proyecto le permite hacer todo a su voluntad. Misiones es una gran provincia, la más correcta en lo social y económico, pero en lo político está cometiendo muchos errores, el más grosero es subestimar la inteligencia de gran parte de los habitantes de nuestra bendita tierra.
Palabras extrañas, términos gastados, idiotas que repiten discursos que en su mayoría no comprenden, la selección de un plantel de androides que son piezas de un objetivo que empezó siendo superador y se convirtió en patético.
La otra cuestión es que, al menos en la superficie, nadie se anima decir nada y aceptan todo, lo que no ven es que en los detalles y las formas puede estar el origen o cimiento de un malestar político y social que cuando despierten puede terminar con el sueño “in aetérnum” y que no haya lugar para el “gran heredero”.
La autoflagelación en un sistema de gobierno exitoso no solo es incomprensible, sino letal para su futuro. La humildad y volver a las raíces quizás sea la última jugada que permita a este esquema de poder recuperar el sentido y su objetivo primordial, mejorarle la vida a los misioneros, sin traicionar su historia.
Por Zorba El Griego