La Encuesta Nacional de Gastos de Hogares que publicó el Indec describe un país desigual con grandes desequilibrios en el cual en términos per cápita, el 20% de los hogares de mayores ingresos gana en promedio 10,4 veces más que el 20% de los hogares de menores ingresos. Las mujeres ganan 26% menos que los varones, en tanto los trabajadores no calificados reciben un 76% menos que los profesionales. En este marco de desigualdades, el Indec ratificó la existencia de asimetrías regionales que siguen sin resolverse, lo cual fortalece los reclamos de muchas provincias que piden un reparto más federalista de los recursos. La medición estableció, además, que los ingresos familiares en las provincias del NEA se ubican 40,5% por debajo del promedio nacional, siendo los más bajos del país. La encuesta, que sirve para fines como la medición de la pobreza y las canastas alimentarias, puso la lupa en el período entre noviembre de 2017 y el mismo mes de 2018, e indagó en la relación entre ingresos y gastos, encontrando que esta relación complica aún más a las familias del NEA. Un misionero, por ejemplo, con un poder de compra apenas por encima de la mitad del promedio nacional, gasta un 30,5% de sus ingresos en alimentos y bebidas no alcohólicas – base de la canasta básica- , mientras que una familia de la región Pampeana -con ingresos un 3,9% superiores al promedio país, destina sólo el 22,8% a la canasta alimentaria. En el nivel más alto, en la región Patagónica, los ingresos superan en 26,8% a la media nacional y gastan solo 20,6% de sus recursos en la canasta alimentaria. El informe indica que “quienes residen en la Patagonia perciben un ingreso total individual (ITI) 31,1% por encima del promedio nacional, mientras que los perceptores del Norte Grande (NEA-NOA) y Cuyo tienen ingresos individuales entre un 35.3% y un 16,5% por debajo. Los perceptores que residen en el GBA y la Región Pampeana obtienen, en promedio, un ingreso levemente superior al del promedio nacional”.
Brechas que se ensanchan
Además de la divisoria histórica entre el Norte argentino y el país central, que coloca en los niveles de ingresos más bajos a las familias del NOA/NEA, el informe registra también diferencias entre estas dos regiones del llamado Norte Grande. Considerando el Ingreso Total Familiar (ITF), que incluye los aportes monetarios de todos los integrantes del grupo familiar, cualquiera sea la fuente, los hogares patagónicos tienen los niveles más altos del país, un 24,7% mayor al promedio país. En el extremo opuesto, el ITF en el NEA es 32,3% más bajo que el promedio, en tanto que en el NOA y Cuyo el ITF es, respectivamente, 16,4% y 9,9% más bajos que el promedio. Si se toma el IPCF (ingreso per cápita familiar), la brecha entre la media nacional y las regiones es de -40.5% para los hogares del NEA y de -32,1% y 18,9% en Cuyo. Norte Grande.
Reclamos e imprecisiones
La encuesta respalda centralmente los reclamos históricos del gobierno misionero respecto al desajuste de la coparticipación, el precio más alto de los combustibles, la inexistencia de gas natural en red, todas causales de una brecha de desarrollo que se mantiene desde larga data y a pesar del desarrollo regional resiste el paso del tiempo. El análisis de las diferencias y similitudes entre los diferentes tipos de ingresos, como de la calidad de los mismos, se toca con la problemática de la distribución dentro de las mismas regiones, algo que reclama un esfuerzo estadístico sistemático para su resolución. La encuesta, al respecto, releva también diferencias en la ocupación por regiones. En el caso de los trabajadores en relación de dependencia, encuentra que el 35,6% no se encuentra registrado, es decir que no goza de los beneficios de la seguridad social. “Dentro del país conviven regiones con escenarios muy dispares: en el NEA y NOA cerca de la mitad de los asalariados son no registrados -46,5% y 41,8%, respectivamente-, mientras que en la Patagonia esta proporción se reduce a un cuarto de quienes trabajan en relación de dependencia -25,3% del total de asalariados”, indica en otra aproximación a un país desigual.