Ex economista devenido en dirigente crítico de la cúpula radical. A continuación su opinión sobre el radicalismo misionero y su guiño a la Renovación y a los radicales K.
La muerte de la UCR
La muerte en occidente tiene varios significados. La muerte es lo opuesto a la vida o criatura que deja de respirar son algunas de las acepciones utilizadas históricamente.
Según Juan 9:5 “Porque los vivos saben que morirán, pero los muertos no saben nada en absoluto ni reciben más recompensa, ya que todo recuerdo suyo ha caído en el olvido.”
¿Porque existe una relación entre la UCR y la muerte?
Sencillamente porque desde su nacimiento lo que ha dado vida a la UCR ha sido la democracia, la lucha contra la pobreza, la incansable batalla contra el neoliberalismo por mencionar algunos principios. El mismo Alfonsín decía: ”Democracia es vigencia de la libertad y los derechos, pero también existencia de igualdad de oportunidades y distribución equitativa de la riqueza. Tenemos libertad pero nos falta la igualdad.“
Ahora bien la UCR Misiones desde hace varios años, ha dejado su espíritu por el camino sin llamar a internas, vendiendo su alma a Macri a cambio de su propia vida por 4 años de mal gobierno.
Como consecuencia todos los argentinos estamos sumergidos en una de las peores crisis económicas desde el 2001, en la cual estos radicales no hicieron nada para mitigar a los ciudadanos y a la gente que los votó, sino que todo lo contrario despreciaron al pueblo, con defensas de un gobierno para ricos donde se fomentaba la especulación y el capitalismo salvaje.
Particularmente en Misiones se escuchan como voces de ultratumba a un Cacho Barrios Arrechea defendiendo políticas que cuando fue gobernador y luego ministro de Alfonsín eran aborrecidas por él mismo y el propio Alfonsín. Asimismo ha apoyado las sucesivas candidaturas fallidas de su preferido “Gustavo González”
Es evidenciable el rotundo fracaso en la generación de radicales actuales cómplices y defensores del vandalismo hacia el bolsillo de los misioneros. Uno de ellos es el diputado Gustavo González que se ha atrincherado en su banca para defender paradigmas del pasado, gestiones erráticas del Gobierno Nacional sin presentar una propuesta integral sobre cómo abordar los problemas económicos, ni tratar de resucitar al Gobierno Nacional con algún proyecto a su alcance. “Claro es más fácil tirar de la tribuna que jugar el partido.”
El problema del radicalismo está en ver la realidad tal cual es, mientras tanto el tiempo pasado ya pasó, las oportunidades se fueron y perdimos 4 años para crecer. Y los radicales oficialistas no saben más en donde apoyarse y están generando la autodestrucción de la democracia partidaria, con el riesgo de perder la personería jurídica por no acatar los fallos adversos de la justicia provincial, federal y la Cámara Nacional Electoral.
Los hechos son tan claros que en las elecciones pasadas sólo se logró meter un diputado por la UCR, y el rival directo ha arrasado en las urnas. Es más evidente que la luz del sol que la estrategia del radicalismo ha fallado principalmente por no escuchar la voz del pueblo y no respetar su carta orgánica.
La realidad de hoy es que la UCR ha muerto, es un panteón vacío sin familiares que lo visiten. El reinicio de una nueva vida se dará simplemente respetando sus mandamientos y no al capricho de la dirigencia actual por mantener su banca olvidando el origen de su creación: la democracia y la oportunidad para todos.