Posadas, Garupá y Candelaria tienen los boletos más caros del país y llevan la gente como ganado y con una impuntualidad vergonzosa. Pero el Gupo Z anunció la inversión de $4.200 millones para mejorar el servicio que prestan en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires. Tendrán “unidades cómodas y se podrá subir con bicis y monopatines”. ¿Por qué tanta impunidad?
La empresa Metropol, que pertenece a los hermanos Eduardo y Javier Zbikoski, y que integra el holding de empresas conocido como el “Grupo Z”, anunció la inversión de $4.200 millones para comprar 169 colectivos cero kilómetro y mejorar el servicio que prestan en Buenos Aires.
Según publicó el diario El Cronista, la empresa que gerencia 27 líneas de colectivos y controla el 10% del negocio en el AMBA “renovó su flota y prepara el lanzamiento de un novedoso servicio, que permitirá subir con bicicletas y monopatines”. Es decir que serán unidades cómodas y espaciosas.
Mientras tanto, en el mismo tiempo y en plena pandemia, los colectivos de Don Casimiro, Tipoka y Nuestra Señora del Rosario transportan a los pasajeros en Posadas, Garupá y Candelaria como si fueran ganado, abarrotados, parados y sin respetar el distanciamiento mínimo ni la cantidad de usuarios por unidad. Esto se puede apreciar con viajar en alguna de las unidades en los horarios pico. También se percibe el amontonamiento en las estaciones de Transferencia.
Inversión millonaria
“La pandemia no detuvo las inversiones del grupo misionero, que comandan los hermanos Eduardo y Javier Zbikoski: inyectará $4.230 millones en tres proyectos, que incluyen el lanzamiento de un novedoso servicio que permitirá viajar en colectivo con bicicletas y monopatines”, señaló un elogioso artículo publicado la semana pasada.
Del total de los fondos, $4.100 millones se destinarán a su principal negocio. Una nueva generación de colectivos que empezará a funcionar para mejorar la calidad del traslado de los pasajeros. Son 169 unidades cero kilómetro para sus 27 líneas, que transportan a más de 230 millones de pasajeros por año.
“Reafirmamos nuestro compromiso y confiamos en la reactivación del sector y su cadena de valor. Ofreceremos colectivos más confortables, con mayor tecnología y más seguros para los conductores y los usuarios. En los próximos días, ya entrarán en funcionamiento”, dijo Eduardo Zbikoski en declaraciones periodísticas. Queda claro que el grupo no escatima para nada sus gastos a la hora de mejorar el servicio que le brinda a los porteños y bonaerenses.
El anuncio se dio a conocer en un evento que tuvo lugar en la mañana del viernes 20, en el predio que la empresa posee en la localidad de San Martín. El acto contó con la presencia del gobernador bonaerense, Axel Kicillof; del subsecretario de Transporte provincial, Alejo Supply; y del intendente bonaerense local, Fernando Moreira.
Según El Cronista, este desembolso se suma a otro de $3.300 millones concretado en julio, en la puesta en marcha de 52 unidades Scania K250 que Metropol adquirió, con chasis de Scania y carrocería de Marcopolo. De esta manera, la millonaria compañía, que arrancó en el negocio del transporte de pasajeros en Posadas, concluirá el año con la renovación de más de 200 unidades.
Al mismo tiempo, se anunciaron otros $120 millones en la creación de un centro de reparación de carrocería, un servicio que hasta ahora tercerizaba.
Cuestionado y deficiente
En el área metropolitana que reúne a tres municipios, el Grupo tiene tres empresas que prestan el cuestionado servicio, manejando casi el 90% del total del transporte de pasajeros, teniendo como única competencia a Bencivenga. A diferencia de lo que ocurre en Buenos Aires, donde realizan inversiones y les brindan un buen servicio a los usuarios, en la tierra colorada la realidad es otra.
Son numerosas y permanentes las quejas por la falta de frecuencia de las unidades en horarios pico, durante los fines de semana y en los barrios más alejados. Los usuarios sufren largos padecimientos en las paradas que muchas veces no son techadas, bajo el sol, la lluvia o soportando el frío. También hay quejas por el destrato de los choferes a los pasajeros, la falta de cambio cuando se paga con dinero en efectivo y el costo del pasaje, uno de los más caros del país.
Ni hablar de la falta de transparencia con la cual se maneja el sistema de transporte en estos municipios y las vinculaciones políticas con el poder de turno, ya que es frecuente que el Grupo aporte colectivos para las movilizaciones políticas de los actores municipales o provinciales.
Desde hace mucho tiempo, diversas organizaciones de usuarios y políticos de la oposición reclaman que se abran los balances de la empresa a la comunidad, al ser un servicio público y financiarse con millonarios subsidios que salen del bolsillo de los ciudadanos.
Es que nadie conoce con certeza la cantidad de boletos que venden las empresas ni la cantidad de kilómetros que recorre cada colectivo, porque el Gobierno no ejerce ningún control y los datos son aportados por las propias empresas a modo de “declaración jurada”.
Si se supiera realmente cuántos boletos se venden, se podría realizar un cálculo de sus ganancias y establecer un boleto más económico que le alcance para cubrir sus gastos y tener rentabilidad, sin obligar a los usuarios a hacer un esfuerzo con su bolsillo para mejorar las finanzas de los empresarios.
Justamente por ese motivo, para mantener sus números en la oscuridad, es que las empresas del Grupo nunca aceptaron instalar el sistema de la SUBE nacional porque -de esa manera- se conocerían los boletos y los trayectos de los colectivos, y posiblemente se modifique el valor del pasaje teniendo en cuenta la rentabilidad abrumadora y exacerbada que estarían teniendo las firmas.
Sin la SUBE nacional, los únicos perdedores son los usuarios, ya que ese sistema otorga un montón de beneficios, como por ejemplo: que se puede usar en todo el país, que se obtienen descuentos por realizar muchos viajes, se pueden pagar subtes y trenes y se puede abonar el pasaje de varias personas con una sola tarjeta.
Informe Primera Edición en colaboración extra de Tita y Rhodesia